11.06.2014

[Reseña] Arde la calle: La novela de los ochenta - Fabrizio Mejía Madrid

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Título: Arde la calle: La novela de los ochenta
Autor: Fabrizio Mejía Madrid
Traductor:  --------
Editorial: Suma de Letras - Penguin Random House
Páginas: 203
Precio: $249.00

Gracias a Suma de letras por el libro para reseña.

Sinopsis: La década de los ochenta marcó el final de una etapa del mundo occidental y, en nuestro país, fue un parteaguas en materia económica, política y social, años decisivos que nos siguen marcando como sociedad.
En Arde la calle, Fabrizio Mejía Madrid, uno de los más importantes escritores de las nuevas generaciones, realiza una crónica novelada acerca de una generación. A partir de varias historias entrelazadas, nos narra esa década inolvidable: la música, los bares y sitios de reunión para jóvenes, los objetos emblemáticos, la moda, las nuevas enfermedades, como el sida, así como los sucesos políticos que dieron pauta al rumbo que habría de tomar el siglo XXI.
Un libro indispensable que hará revivir en los lectores aquellos entrañables días y, a las nuevas generaciones, les permitirá asomarse a un México que parece tan lejano y a la vez tan presente.


La historia: Once relatos conforman este libro. Once historias independientes y a la vez conectadas nos darán un paseo por la década de los ochenta, un paseo por la política, la sociedad, la juventud, la música, las tragedias y las cosas nuevas de una década que parece en parte olvidada, pero que aportó su parte a la historia de nuestro país.

Mi opinión: Cuando salió tenía que leerlo. Soy una hija de los ochenta y sentí la añoranza sólo con ver el título.
No la viví en mi juventud, más bien en mi más temprana niñez. Pero en casa jamás me limitaron a la información y de a poco sabía como habían sido esos diez años.
Ahora quería leer la visión de alguien más.

A pesar de que la sinopsis lo previene, no me esperaba abiertamente los relatos. Crei que serían historias si entrelazadas, pero como una única novela, y al abrir el libro, me encontré con un índice y once títulos, que evidenciaban no once capítulos, sino once historias diferentes.
Tiene sus ventajas y desventajas leer así.
Evidentemente es bueno adentrarse en un relato y terminarlo unas pocas páginas después. Cerrar de cierta manera la historia. 
Pero en mi caso, supone también una lectura más lenta. Porque no siempre quiero abalanzarme sobre la siguiente historia.
Y aunque a veces son buenas las historias cortas, siempre queda la posibilidad de querer más. 

Pero bueno, me aventuré y me gustó mucho, no lo negaré. El autor no sólo nos dio once relatos, también de cierta manera los conectó y a pesar de que cada uno contaba su propia historia, justo la década los fue ligando, pero también uno que otro personaje que se quedó, o que volvió a aparecer más adelante.
En eso le aplaudo al autor. La manera en que logró que cada relato se contara a si mismo, pero que no por eso, los once fueran totalmente independientes.

El tubo, El video, El Swatch, El walkman, El condón, Pascual Boing!, El cubo de Rubik, El derrumbe, La huelga, La coca y Tetris son las once historias que conoceremos. 
Claro que tuve mis favoritos.

      "Toda familia es una forma peculiar de la tristeza. Un novelista ruso lo había entendido más de un siglo antes que todos. Pero, con las décadas, hicimos otro descubrimiento: a veces esa manera de ser tristes proviene de algo simple, tan simple que resulta esencial para las desdichas. Abro un cajón y meto la mano a lo olvidado. Lo primero con lo que me topo es con un pedazo de roca dentro de una bolsa de plástico. "El muro de Berlín", pienso. Lo amargo puede ser tan sencillo como una piedra. O tan insulso como un tubo."

El tubo me encantó. Marca el final de los setenta y el inicio de los ochenta y refleja claramente nuestro México. Y no necesariamente por lo bueno. Ahí se ve que no hemos aprendido nada. Que seguimos siendo casi los mismos. 
El walkman me trajo gratos recuerdos. Yo tuve uno de esos tabiques amarillos. Y adoraba comprar casetes y escuchar música perdida en mi mundo.
El derrumbe también me trajo recuerdos. Un poco más dolorosos quizás.
Y todos me transportaron a esa otra época. En eso lograron su cometido.

Ahora, debo insistir en que cada relato tiene ese título representativo, pero no necesariamente va a hablar sobre eso. 
El autor hizo un trabajo de investigación que me pareció muy bueno y lo que logra es contarnos la historia conectándola con los objetos o ciertos hechos. Si están esperando literal leer la historia del Tetris, no lo encontrarán. Por algo el libro se subtitulo "La novela de los ochenta". Si se hablará de condones y de videos (VHS y Beta), pero vendrá con el trasfondo de la enfermedad del SIDA y de el cambio de moralidad en la década.

Personalmente eso me gustó mucho. Como con ciertas frases, el autor entraba de lleno en la historia, en la real. Y no en aquella que se molestó en armar con ciertos personajes.

Para acabar, me encantó la conexión entre el final y el principio. Entre el principio y el final. Entre la narrativa y los recuerdos. Fue un muy buen punto.

No es una novela común. Moviéndose entre los límites de la ficción y la realidad, si que nos da una buena dosis de historia, y quizás eso no sea para todos. 

En mi opinión: 
4/5


Otras portadas:



El autor:
Fabrizio Mejía Madrid, nació en la Ciudad de México en 1968. Es autor de las novelas Viaje alrededor de mi padre (2004); Hombre al agua (2004), que recibió el Premio Antonin Artaud, El rencor (2006), Tequila, DF (2009), Disparos en la oscuridad (2011), Vida digital (2012) y Nación TV. Actualmente es colaborador de las revistas Proceso, Letras Libres y Gatopardo. Está antologado, entre otras, en The Mexico City Reader (University of Wisconsin Press, 2004) y a Ustedes les consta, la antología de crónica mexicana de Carlos Monsiváis. Ha publicado los libros de crónicas Pequeños actos de desobediencia civil (1996), Entre las sábanas (1995), Salida de Emergencia (2007) y La edad del polvo: Historia Natural de la Ciudad de México desde mi ventana. (2009).

1 comentario:

  1. Suena muy interesante, la verdad yo pues ya no viví en los 80´s más que los últimos días y eso por que nací a mediados de diciembre jaja. Pero igual se nota interesante leer sobre esa época, Saludos

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